Es el primer pebetero híbrido en la historia de los juegos olímpicos que pone en contexto la crisis del cambio climático (dar un debido uso a los hidrocarburos). El tamaño de la llama ha sido reducida considerablemente pero tiene un despampanante acompañamiento, se trata de una escultura impulsada por el viento, formando un singular movimiento coordinado con forma toroidal, recordando la importancia de la energía que compone nuestro universo. El encargado de crearla es Anthony Howe. El artista y escultor vive y trabaja en una zona rural de Eastsound en Washington, rodeado de muchos árboles, viento y otros elementos naturales que inspiran susincreíbles esculturas cinéticas, que permanecen suspendidas reflejando la luz solar contra el medio ambiente natural al aire libre. Howe trabaja principalmente con fibra de vidrio y acero inoxidable, que suelda, para crear objetos cuidadosamente diseñados que son impulsados por la brisa más leves. Con ello deja un mensaje claro para toda la humanidad, y nada más magnánimo que ponerlo en los juegos olímpicos 2016
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