10 costumbres y rituales Machistas en diferentes culturas

El harén 


El término harén (en árabe: harîm حريم ) designa al mismo tiempo el conjunto de mujeres (concubinas o, simplemente, mujeres hermosas) que rodean a un personaje importante, así como el lugar en el que éstas residen. En algunas lenguas occidentales, el término se ha utilizado en un sentido más estricto, asociado a la mujer confinada. El sentido dado por los orientales es el de "prohibido a los hombres". El término harem deriva de la palabra herâm que sirve para designar todo aquello que es tabú, prohibido por la religión. Normalmente en las residencias musulmanas se denominaba "Harim" a las estancias privadas y familiares donde viven las mujeres de la casa (esposa, madres, hijas) donde sólo estan los miembros de la familia. Las mujeres extrañas son recibidas en aquellos aposentos, mientras los hombres son recibidos en un salón especial a la entrada de la vivienda. La mitificación del harén viene de la mano de los harenes y serrallos de las cortes islámicas, dado a que en muchas ocasiones el poder político y muchas decisiones salían de allí.


Ablación del clítoris 



86 millones de niñas en todo el mundo podrían sufrir la ablación de sus órganos genitales externos en 2030 si esta práctica continúa en los 29 países de África y Asia donde está más arraigada. Más de 125 millones de mujeres y niñas en todo el mundo han sido víctimas de la mutilación genital femenina, más conocida como ablación. Además, en los últimos años se han dictado leyes contra la ablación en Uganda, Kenia y Guinea Bissau. Sin embargo, la prohibición de esta práctica no implica su cumplimiento

¿Qué es la ablación? Existen distintos tipos de ablaciones; la mutilación de tipo I es la eliminación del prepucio del clítoris y la II el corte total o parcial del clítoris, a veces con el corte de los labios menores. Estos dos tipos son los más comunes en el África occidental, mientras que en la parte oriental de este continente abunda la de tipo III, que es la ablación total con sutura de los labios de la vulva.

La ablación no está sustentada por ninguna religión. A lo largo de la historia se ha creído que la práctica de la ablación está sustentada en la religión, de manera especial a la religión musulmana; pero numerosos estudios demuestran que ninguna religión justifica, ni alienta, la realización de la misma.

Negación de mujeres Sacerdotes 

El cristianismo romano ha elaborado sus doctrinas y estrategias desde la perspectiva masculina, sobre todo en materia de poder y de moral sexual. Francisco reclama ahora que “hay que llevar adelante una teología de la mujer”. ¿Qué quiere decir? Hay incontables teólogas con gran prestigio y mucha presencia en el mundo académico y editorial. ¿Acaso no hacen teología de mujer? Siempre están bajo sospecha. Muchos jerarcas les acusan de hacer teología feminista, es decir, de centrar sus empeños en argumentar que la mujer merece un trato en igualdad con los hombres, también dentro del santuario. “El feminismo no es más que un paso en el proceso de deconstrucción de la persona”, acaba de opinar el obispo que se ha ocupado de los asuntos de la familia en la Conferencia Episcopal Española, Reig Plá. Peor aún: es el mismo Papa quien debe aclarar qué quiso decir cuando afirmó que el feminismo es “una filosofía que corre el riesgo de convertirse en machismo de falda”.

Sobre la posibilidad de permitir por fin que las mujeres accedan al sacerdocio, el culmen de una teología femenina, Francisco ha respondido una vez más que no, que ese asunto “lo dejó zanjado Juan Pablo II”. Lo ha declarado a los periodistas en el avión de regreso a Roma desde EE UU. Como si quisiera suavizar una afrenta, el Papa matizó la negativa afirmando que a lo que sí está “dispuesto” es a llevar adelante una teología que dé más protagonismo a la mujer.

El Santi Indu 

La palabra sánscrita sati se refiere al rito o acto (sati o suttee) en el cual una mujer se inmola en la pira funeraria del recién fallecido marido, o al sujeto (en la mayoría de los casos una mujer) que ejecuta la acción de inmolarse. De acuerdo con algunos expertos, el origen de este rito se remonta siglos antes de la era común (las crónicas de viajeros griegos, como Aristóbulo, Estrabo y Diódoros, son la principal evidencia de la existencia de este ritual en territorio indio a principios de la era cristiana). Si bien es cierto que no se tiene certeza de cuándo exactamente y quién originó el ritual, existe literatura histórica diversa que sitúa su apogeo a partir del siglo IV de la era común. Esta práctica fue común en las comunidades hindúes durante siglos.

La palabra se origina en la leyenda de la diosa Sati, esposa del dios Shiva en lamitología hinduista. La práctica del sati en India estuvo vigente hasta su abolición en 1829 por lordWilliam Bentinck durante la ocupación británica en el este de la península. No obstante, se han reportado casos de sati efectuados en la clandestinidad en la India moderna.

En Nepal, Jang Bahadur Rana (primer dictador de Nepal) hizo la primera restricción en 1853 del ritual prohibiéndolo cuando la viuda era menor de 16 años o cuando tenían hijos menores de 9 años. En 1920 fue completamente abolida por el dictador Chandra Shamsher.

Se cree que la práctica de sati era distintiva de las castas guerreras (chatrías), principalmente de los rashput. Poco a poco, otros círculos sociales adoptaron el sacrificio como parte de sus costumbres, tal es el caso de la casta alta de los brahmanes. No hay pruebas de que el ritual se llevara a cabo entre las comunidades yaina, budistas y sij.

El acto de inmolación por fuego (sati) ha despertado el interés, la admiración o el repudio de grupos dentro y fuera de la India. En las últimas décadas, varios intelectuales han depositado sus esfuerzos al estudio serio de sati incorporando al análisis el significado simbólico, religioso, histórico y político de sati, con el objeto de ofrecer a la audiencia un panorama más amplio y tanto menos cargado de prejuicios que caracterizó el discurso colonial. Aun así, el tema continúa tan controversial como en el siglo XIX, mas no por ello menos vigente y poderoso en el imaginario religioso hinduista moderno.


Pedir la mano de la novia 


Se está mostrando una tendencia hacia regresar a pedir la mano de la novia: “Era una práctica común, basada en la noción de establecer alianzas entre familias y pasar a la hija, que era legalmente propiedad del padre, hacia el esposo… lo que estamos viendo ahora es una extraña combinación de gente joven con sentimientos progresistas y un deseo real por roles y arreglos convencionales de género” (Boston Globe, 2007). Considerar que el ritual es una condición necesaria para realizar el casorio sería una concepción arcaica y machista, pues sería como cuando en el fútbol negocian dos directivas para cambiar de equipo a un jugador.

De hecho, normalmente cuando se va a pedir la mano, esta se pide al padre, y la madre es una espectadora más del show, cuando si es que se decide “pedir” debería ser al equipo Pá-Má para darle un poco de equidad al asunto. También muchas veces influye el respeto disfrazado de terror hacia los padres, pues muchas parejas que tal vez no consideran necesario o ni siquiera quieren cumplir con ese protocolo, lo hacen solo por complacer a sus padres y evitarse líos, circulando por el cómodo carril de baja velocidad que suponen las “buenas costumbres”.

Francamente la postura tradicionalista de requerir la autorización del gran patriarca ya no aplica. Muchos realizan este ritual como una formalidad, una forma de respeto donde no se pide el permiso sino, digamos, “la bendición” de los señorones. Las posiciones son encontradas; por un lado, los que ven en el gesto una tradición, una expresión de respeto y una muestra de formalidad; por otro, los que pueden incluso considerarlo una falta de respeto hacia su pareja, pues a fin de cuentas es ella quien decide o no casarse y no necesita permiso de nadie.

“Las tradiciones, linajes y roles de género acarrean gran poder, aún cuando constantemente van acompañadas por nociones que simplemente no aplican a la vida de hoy… Seguido las tradiciones son mantenidas solamente por el hecho de que son tradiciones, lo cual no es necesariamente una buena razón. No lo tomes personal. Si una tradición irrelevante o pasada de moda no funciona para ti, es tiempo de hacer cambios” (2007)

El Chokha Thavani Viddhi 

El Chokha Thavani Viddhi es trata de un ritual ancestral, muy antiguo y arraigado en esa región. "Una vez que la joven queda purificada y pasa la prueba, nadie puede señalarla o proscribirla ni a ella ni a su familia. Pero si no pasa la prueba y la diosa dice que es impura, entonces será excluida de la comunidad", explicaba uno de los ancianos de la localidad.

La India es uno de los países donde más violaciones de mujeres se producen. Una cada 22 minutos fue la escalofriante cifra con la que el censo oficial de denuncias cerró el 2013, según diversos estudios internacionales. Sin embargo, las secuelas no serán sólo físicas o psicológicas. El estigma de ser una mujer violada es muy profundo en este país, donde a menudo se condena a la víctima al ostracismo social, al repudio por su propia familia y su comunidad.

Para superarlo, no sólo tendrá que sobreponerse en un Estado profundamente machista. En algunas aldeas tendrá que someterse a un test de "purificación" para recuperar su "virtud manchada". Y la prueba en cuestión pesa, en ocasiones, 40 kilos.

Esa piedra de 40 kilos, durante un tiempo desconocido, es su único pasaporte a la que era su casa. Frente a unas 200 personas además de portar la monstruosa carga, tendrá que enfrentarse a otro imposible: intentar adivinar cuántas semillas de cebada llevada el sacerdote en la mano. El sacerdote, puede prolongar voluntariamente este ritual durante varios meses, hasta que la diosa en cuestión muestre la inocencia de la víctima del crimen sexual.


La mujer Mentawai 


Los residentes de las Islas Mentawai (Mentawai, en algún lugar en Indonesia). Tienen como constumbre, ayudados por el chaman de la tribú, el mellar a las mujeres jóvenes .Echando mano a una piedra y un cuchillo, les dejan unas formas puntiaguda muy parecida a la boca de un tiburón, para hacerlas más atractivas y satisfacer a los espíritus. Por suerte, en la actualidad son ellas quien deciden si se quieren someter a esta particular sesión de belleza. Antes era obligatorio.

Antes del matrimonio, el novio debe entregar al padre de la novia una cantidad (en cerdos y gallinas) equivalente al gasto que la hija ha supuesto desde su nacimiento. Aunque no es frecuente, el divorcio existe, y en caso de que ocurra, el padre debe devolver al novio todos los cerdos y gallinas entregados.


Bienvenida a extranjeros por esquimales 




Si un explorador llegaba al Polo Norte y sus buenas intenciones eran reconocidas por algunos grupos de esquimales, él era atendido 'cálidamente' por todo un clan y una familia específica. Entre esas muestras de aprecio se encontraba ingresar al iglú (o vivienda de otros materiales en tiempos cercanos) y disfrutar el cuerpo de la dueña de casa. Claro, porque esa era la mejor muestra de 'calidez' y aceptación. Quien osaba negarse a ese ofrecimiento, ofendía al dueño de casa y a la familia.

En esa situación, poco tenía que decir la dueña de casa. Allí, el machismo actuaba con todo rigor. Por cierto que en algunas ocasiones, más que en otras, la mujer podía llegar a sentirse 'cómoda'. Por cierto que en nuestra cultura sería inaceptable un hecho de esa naturaleza, por el marcado machismo conservador y posicionamiento que se produce frente a la mujer. Ello, según lo especialistas, tiene que ver con la raíz cultural, lo que será altamente valorado al momento de juzgar una determinada conducta.

En el caso de algunos antiguos grupos de esquimales, el hábitat inhóspito para la vida humana los podía estimular a alegrarse 'más de lo debido' con la llegada de un visitante, haciéndolo sentir parte de la casa. La cultura de los esquimales pretendía proporcionar al viajero los valores de gratitud y entrega por la visita, considerando que en un lugar casi sin habitantes -en las cercanías del Ártico- el valor de la persona es lo más importante en este caso. Por ello, viéndolo del punto de vista de nuestra idiosincrasia, resulta inexplicable y hasta inadmisible.

Está claro que cualquier sociedad establece sus propias reglas, las que -muchas veces- resultan chocantes para quien llega a ese lugar. Eso no solamente se manifiesta en el plano sexual, sino en las comidas, conductas entre las familias, relación con la naturaleza, etcétera.

Desde el punto de vista de la evaluación sicológica o siquiátrica, ese proceso es distinto en el lugar donde se realice el estudio, puesto que las costumbres son distintas. Así, en algunas sociedades se acepta la convivencia con más de una mujer, pero en otros lugares -como nuestro país- eso es inaceptable y sancionado desde el punto de vista de la ley. Lo mismo ocurre con las conductas, ya que hay sectores geográficos -en Asia, específicamente- donde la homosexualidad es permitida entre los jóvenes varones, hasta el momento en que se casan. Desde allí en adelante deben presentar un comportamiento heterosexual. Todo pasa por entender las expresiones y culturas de los pueblos. Una vez hecho ese estudio, recién se puede entrar a calificar una conducta ética o moralmente, para determinar si es correcta o incorrecta.


El mizuage o desfloración ritual


Aunque no son una cultura machista, son víctimas de una de ellas, así que hemos considerado interesante añadirlas. "Geisha" significa, literalmente, "persona con habilidad en distintas artes", lo que hoy conocemos como artista japonesa. Sin embargo, implica mucho más que eso.

En sus orígenes, eran hombres pero fueron rápidamente sustituídos por mujeres, y a partir de 1800 el término "Geisha" se utilizó para referirse a las mujeres con habilidades para el entretenimiento. Muchas prostitutas trataron de imitar su estilo, y tal vez ese sea el motivo de que algunas personas las confundan con ese término. Las Geishas entretenían a los hombres con bailes, conversaciones, tocando instrumentos, etc.

Pero, a pesar de que el ser consideradas un objeto de entretenimiento para el hombre, un juguete, ya es claramente machista, centrémonos más en su entrenamiento. Debido a la pobreza y a la hambruna en la época en la que se originaron las Geishas, muchas niñas eran vendidas a las Okiyas, las casas donde vivían todas las Geishas. Estas niñas quedaban endeudadas hasta que recuperaran el dinero de su propia compra gracias al pago por sus servicios a los hombres que los socilitaran. Muy jóvenes, comenzaban una etapa de trabajo en la que debían hacer toda clase de tareas de limpieza y obedecer todas las órdenes que se les diera.

Al principio se iniciaban en la danza, los modales, el canto, las ceremonias del té, asistían a la escuela... Poco a poco se profesionalizaban atendiendo a las Geishas más especializadas, terminando por convertirse ellas mismas en unas y quedar al servicio de los hombres que las necesitan. Terminaban convirtiéndose en obras de arte vivientes.

Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1946, las Okiyas (las casas que compraban niñas y las educaban para ser Geishas) fueron prohibidas, y actualmente estas mujeres sirven fundamentalmente para el turismo o acompañan a ricos negociantes a sus reuniones para ofrecer sus servicios.


Vendado de pies pinyin: chánzú


literalmente «pies vendados» o "Pies de loto" era la costumbre de aplicar una venda ajustada a los pies de las niñas para prevenir su crecimiento. La práctica posiblemente se originó entre las bailarinas de clase alta de la corte en la temprana Dinastía Song, en el siglo X, pero se propagó convirtiéndose en una práctica común en la clase alta y la burguesía. Las clases más bajas no lo practicaban puesto que impedía a las mujeres trabajar.

El vendado de pies se volvió muy popular al considerarlo los hombres muy atractivo. Aún hoy en la ciudad china de Cantón, hay familias que se enorgullecen de tener ancestros con “pies de loto”. En la misma Cantón, a finales del siglo XIX, se volvió una práctica común vendar los pies de la mayor de las hijas de una familia de clase baja con el propósito de convertirla en una dama. La intención era que la hija lograra un matrimonio ventajoso económicamente y así hacer prosperar a la familia. A las hijas menores no se les vendaban los pies pues éstas al crecer eran destinadas a ser sirvientas domésticas. Cuando les llegaba la edad de casarse podían convertirse en concubinas de hombres ricos o esposas de obreros, campesinos o artesanos. Al no tener los pies vendados, estas mujeres podían realizar trabajos pesados en el campo, ayudar a sus maridos en sus negocios o afrontar las tareas de ama de casa y crianza de los hijos. Se asumía que las hermanas mayores, convertidas en damas gracias al "pie de loto", nunca necesitarían trabajar.

Aunque algunos reformadores cuestionaron la práctica, no fue hasta a principios del siglo XX cuando comenzó su declive, en parte por el cambio de las condiciones sociales y en parte como resultado de campañas contra el vendado de pies., considerándolo una práctica bárbara y arcaica, pues el vendado de pies provocaba discapacidades motoras de por vida en la gran mayoría de mujeres a quienes les había sido practicado. Aun así la costumbre persistió en las zonas rurales hasta que en 1949 fue definitivamente prohibida por el nuevo gobierno comunista de Mao. Al iniciarse el siglo XXI, las pocas mujeres con "pie de loto" que quedan en China, son ancianas con importantes problemas de movilidad y necesitan cuidados y asistencia continua.

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