Donald Trump se fue a la guerra con la app que lo ayudó a construir su sello político y ahora quiere limitar el estatuto legal de protección de compañías de internet. Curiosamente, el último espectáculo electoral de Trump plantea una buena pregunta: ¿Son las redes sociales editores de información?
El debate no es nuevo. A mediados de 2019 varios senadores republicanos propusieron reformar la sección 230 implementando agentes externos que decidieran si una red social es políticamente neutral o no.
Mientras muchos le pedimos a las redes sociales que sean más estrictas en la moderación de contenidos y transparentes en el manejo de los datos, Trump y su partido, en medio de un peligroso juego político, le piden que desregule aun más el contenido en internet. De hecho, la ley, aprobada en 1996, buscaba que las empresas pudieran moderar el contenido en sus plataformas sin ser tratados como editores y someterse a posibles demandas por los comentarios de otros. Se trataba de que jóvenes y adultos en cualquier lugar del mundo y de cualquier religión pudieran disfrutar las redes, así hoy parezcan más un eterno scroll down comercial.
Lo cierto es que internet ya ha tenido sitios sin moderación de contenido como 8Chan o Gab, que terminaron siendo lugares tóxicos, de tráfico de pornografía infantil y radicalización política y hasta terrorismo.
De lo que se trata es de hacer la internet más segura no de someterla a la guerra política, que para el caso de Trump tiene un claro objetivo electoral, porque la resolución que firmó realmente no tendrá mucho alcance. Es el legislativo quien verdaderamente puede cambiar la 230, que a su vez está protegida por la primera enmienda. Pero sí va a fortalecer la imagen de Trump con sus base política al reforzar la idea de que hay una discriminación de las ideas conservadoras en las redes sociales. El presidente está en campaña.
¿Cómo reaccionaron las empresas? El CEO de Facebook, Marc Zuckerberg, que raramente da una entrevista, durante el fin de semana dio tres. Hasta en ‘Fox’ habló y dijo que las redes sociales «no deberían ser árbitros de la verdad de lo que la gente dice en las redes». Políticamente correcto. La verdad sí lo son. Es más, Zuckerberg le dijo al congreso estadounidense el año pasado que su empresa era capaz de moderar sus contenidos sin ayuda de nadie.
Jack Dorsey y Twitter fueron más allá y condenaron la medida calificándola de amenaza a la libertad de expresión. Dice Dorsey que «de lo que se trata es que los usuarios tengan mas trasparencia». Para lograr ese objetivo ciertamente el gobierno de Trump debe despolitizar el debate sobre la legislación en redes y las grandes compañías tienen también que ser honestas y aplacar sus obsesiones con los monopolios y las ganancias. Pero la última vistosa pirueta política del presidente no genera ni lo uno ni lo otro.
source http://blogs.eltiempo.com/tribuna-global/2020/06/01/trump-vs-twitter/
0 comentarios:
Publicar un comentario