Texto tomado de: "40.000 pesetas costó la estatua de Belalcázar". Autor, Salazar, Rafael H. revista Despertar Vallecaucano. N° 106. Marzo 1991. Pág 22
40.000 pesetas costó la estatua de Belalcázar
Como en el primer viaje, Sebastián de Belalcázar regresó a Cali en barco y a lomo de mula, para quedarse como guardian de "La sultana", ciudad que brindará las mejores alegrías y donde él fijo sus querencias.
Esta vez partió de Valencia, España, empacado en cajas y desmembrado, con su peso quizás multiplicado, pues el escultor resolvió que debía ser monumental, para fijarlo en la colina más alta de las siete que rodean a Cali.
Corría la década del 30, siglo 20, y la ciudad de Santiago de Cali se disponía a celebrar sus 400 años de fundada, para lo cual sus hijos resolvieron regalarla con una esfinge que recordara tan significativa efemérides. Fue así como el doctor Demetrio García Vásquez, varios años presidente de la Academia de Historia del Valle del Cauca, se dio a la tarea de convencer a los gobernantes de turno para que se le rindiera homenaje al fundador de la ciudad.
La Junta del IV Centenario, el Concejo Municipal, presidido por el General Alfredo Vásquez Cobo y el gobierno departamental en manos de don Tulio Enrique Tascón, entusiasmado con la idea, comisionaron a García Vásquez para desarrollar el proyecto. Desde entonces, el poblado, que contaba con 30.000 habitantes se vio engalanado con la monumental estatua que ha dado la vuelta al mundo en postales y fotografías, siendo además, lugar obligado para propios y extraños que se preguntan: ¿Qué hace don Sebastián con la mano derecha indicando el occidente?-
En Busca de Escultor
El primer paso fue encontrar a don Victorio Macho, escultor de renombre, paisano del Adelantado, cuya fama había llegado hasta nosotros.
Por intermedio del ministro de Colombia en España, Gabriel Melguizo Gutierrez y mediante una carta que demoró tres meses, fue posible dar con el artista nacido en 1887 y autor de la famosa "Fuente del Cajal", en Madrid (España).
Después de un intercambio de misivas, se acordó el valor de 40.000 pesetas por el Belalcázar que todos conocemos, y que según algunos historiadores, su cara es la de Ortega y Gasset, escritor de moda en los años treintas en España.
Por las fechas de las cartas, marzo de 1935 y junio del mismo año, se supone que Macho debió trabajar aceleradamente para terminar la escultura a su debido tiempo, pero por razones de la crisis económica colombiana y caleña, la efemérides tuvo que postergarse un año y por lo tanto la inauguración del monumento fue el 25 de julio de 1937.
El último viaje
Empacado en cajas, una pierna por acá, un brazo por allá, el tronco por allí, la cabeza por acullá, la espalda en otro lado y el resto por ahí, emprendió don Sebatián su quinto y último viaje, que duró algo más de un mes en barco y seis días a lomo de mula, entre Buenaventura y Cali, lugar de su destino. Aquí lo esperaba su "creador", que bajo la mirada curiosa de los caleños fue dando forma a la estatua, la cual fue puesta en una de las colinas de las siete que figuran en el escudo de armas de la "Muy Noble y Mue Leal Ciudad de Santiago de Cali", título que consta en la Cédula Real, fechada en Madrid 20 de agosto de 1559, firmada por don Juana y por su hermano don Felipe.
Puesto allí, al sol y al agua, con su mano izquierda sobre la enorme "tizona" y con su brazo derecho señalando al Pacífico, se ha convertido desde entonces en el vigía de la ciudad.
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