Crónica sobre JOVITA en la década de los 70'

Esta crónica se realizó en conmemoración del tercer aniversario de la muerte de la popular JOVITA, a continuación transcribiremos un extracto del artículo.

La revista Despertar Vallecaucano puede ser consultado en la hemeroteca de la Biblioteca Departamental.

Texto tomado de: Despertar Vallecaucano. N° 10. año 1973

Título: Historia de locos: Los personajes típicos de Cali

Autor: Felix Orejuela

Jovita.

Hace tres años el 15 de Julio de 1970 murió esta mujer, que en vida se llamó Jovita Feijóo. Fuera reina de burlas de esta ciudad extrovertida y loca. El día de su muerte se le hizo y el más fervoroso y multitudinario funeral de que se tenga memoria en la Sultana. Lástima grande que los irresponsables de siempre mancharon este acto que era el homenaje que se le tributaba a una mujer de la entraña popular en los anales de Cali donde ella se considero reina vitalicia. Yo creo que de esa manera hacia cierta burla y satirizaba a estos reinados de mujeres bellas, que no tienen la duración del reinado de Jovita, reina de reinas, del país de la quimera.

¡Como no recordar a Jovita, cuando vestida estrafalariamente, pero con su real paso de "reina" recorría estas avenidas y calles de si Cali amado! Dios le privó de esa timidez que es prenda femenina, no tuvo del qué dirán ningún reato y con su andar majestuoso, brazo en alto, saludaba a sus súbditos, pensando tal vez en su interior, que nosotros éramos los verdaderos locos.

Jovita era la pausa de la cordialidad; asistía a los estadios y daba la vuelta olímpica, haciéndonos olvidar los malos partidos, con su desfachatez y donaire.

Las damas, de Cali entregaban como una dádiva sus viejos vestidos pasados de moda, sombreros, guantes, que ella coleccionaba en su "vestiere" donde se alinearon hasta trescientos trajes, el mayor guardaropa que ha tenido una mujer en Cali.

El cubano Pardo Llada, atento a todo lo relacionado con las gentes populares y haciendo eco de las simpatías que tenía Jovita, inicio una colecta para una casa, que no llegó a ver realizaba, pero que endulzó con sus muchos pesos conseguidos la vida de Jovita.

Nunca una mujer a tenido un reinado más largo. Ni las reinas de Inglaterra, ni las vedettes del cine, que tienen tan trágico ocaso, pueden ostentar como esta, nuestra Jovita Primera, que reinó, sin crisis políticas, que no tuvo gabinetes, ni necesitaba de guardias, ni fanfarrias, ella en su dulce locura fue alegría de Cali.

Tuvo en la gratitud la más sincera de sus singulares virtudes. Cuando aparecía un suelto en el periódico, al día siguiente visitaba la redacción, con un ramo de flores y buscaba al autor de la nota para testimoniarle su gratitud sin orillas. Daba de esta manera una lección a tantas gentes que tienen en el periódico un baluarte para sus vanidades. Gentes que se creen merecer todo y que con necia ingenuidad creen que ellos y ellas son los ejes de la sociedad.

Jovita Feijóo, no pudo asistir a los Panamericanos de Cali, murió en una soleada mañana de julio, mes de la libertad, y se liberó de esta arcilla deleznable para incorporarse a las filas de la intrusa que se la llevó para que siguiera reinando, tal vez en el país de las sombras.