10 cuentos de Rafael Pombo para leer con tus hijos


RAFAEL POMBO

Cuentos morales para niños formales




Juan Matachín


¡Mírenle la estampa!

Parece un ratón

Que han cogido en trampa.

Con ese morrión.

Fusil, cartuchera,

Tambor y morral,

Tiene cuanto quiera

Nuestro general.

Las moscas se espantan

Así que lo ven,

Y él mismo al mirarse

Se asusta también.

Y a todos advierte

Con lengua y clarín

“¡Ay de aquel que insulte

“A Juan Matachín!”



Perico Zanquituerto


Perico Zanquituerto

Se huyó con un dedal,

Y su abuelita Marta

No lo pudo alcanzar.

El corre como un perro

Y ella como un costal,

Y apenas con la vista

Persigue al perillán.

Bien pronto se tropieza,

Da media vuelta y cae,

Y ella le dijo: “Toma

“¿Quién te mandó a robar?”

Con un palo a dos manos

Lo iba alcanzando ya

Cuando siguió Perico

Corriendo más y más.

De un cubo de hojalata

Hizo luego un tambor,

De un huso viejo, espada,

Y del dedal, chacó;

Y al verse hecho un soldado

Exclama: “¡Caracol!

“Ni un escuadrón de abuelas

“Me hará temblar desde hoy”.

Un ganso en ese instante

El pescuezo estiró

Diciéndole: “¡Amigote!

¿Qué tal? clí, clí, cló, cló”.

Ahí sí se echó de espaldas

El vándalo feroz

Clamando: “¡Auxilio, auxilio!

“¡Que me traga este león!”



Juaco el ballenero


Yo soy Juaco el ballenero

Que hace veinte años me fui

A pescar ballenas gordas

A dos mil leguas de aquí

.

Enorme como una iglesia

Una por fin se asomó,

Y el capitán dijo: “¡Arriba!

“Esa es la que quiero yo”.

Al agua va el capitán

Con su piquete y su harpón,

Lavándose antes lo ojos

Con unos tragos de ron.

Al verlo alzar la botella

Se consumió el animal,

Y dieron vueltas y vueltas

Sin encontrar ni señal.

Cuando de repente ¡zás!

Da el pescado un sacudón

Y barco y gente salieron

Como bala de cañón.

La luna estaba de cuernos

Y hasta allá fueron a dar,

Y como jamás han vuelto

Debiéronse de quedar.

Cuando vayas a la luna

Busca a mi buen capitán

Con su nariz de tomate

Y su barba de azafrán.

Dile que este pobre Juaco

No lo ha podido ir a ver

Porque no sabe el camino

Ni tiene un pan qué comer.

Y si viniere un correo

De la luna para acá.

Mándame una limosnita

Que Dios te la pagará.


Arrullo


Duerme, duerme, vida mía;

No más juego y parlería.

Cierra, cierra los ojitos,

Que los ángeles benditos

Mientras haya quien los vea

No te vienen a arrullar.

Duerme pronto, dulce dueño,

Que yo misma tengo empeño

De quedarme dormidita

Y gozar de la visita

De esos ángeles que vienen

A mecerte y a cantar.

Duerme, duerme vida mía,

No se vayan a enfadar.

Duerme, duerme, ya que vienen

Y dormido los verás,

Que te mecen y remecen

Y te besan a compás.


El Perro


Tipo de amigo leal

Es el perro; ningún bruto

Da al hombre más fiel tributo,

Más heroico y liberal.

Mas no hay que pagarle mal,

Pues con la miel de su amor

Se hace el tósigo peor,

De lo cual infiero y digo

Que si ofendéis al amigo

No habrá enemigo mayor.



El rey borrinco


La Animalía reunida eligió un día

Por soberano a un burro de alquería,

Y el Rey Borrico inauguró su mando

Con el rebuzno del siguiente bando:

“Oyeme, Falderí, dijo al Faldero,

“Sé por hoy mi ordenanza o mensajero;

“Ponte la gorra en el instante, y sales

“A llamar a los otros animales.

“Tengo un plan vasto, original y serio

“En pro del auge y gloria de mi imperio,

“Y quiero que lo escuchen de mi boca

“Que por órgano tuyo los convoca.”

El Rey fue obedecido, y al concurso

Rebuznó majestuoso este discurso:

“¡Fieles vasallos! mucho me intereso

“En hacer mi reinado el del progreso.

“Hasta ayer vuestros déspotas reales

“Han sido unos solemnes animales,

“Pero desde esta fecha se acabaron

“La ignorancia y resabios que dejaron.

“El Gato, de hoy en adelante, queda

“Sirviendo de Mastín; que éste le ceda

“Su ancho collar, y encárguese el galfarro

“De aliviar al Rocín tirando el carro.

“Déjese el micho de cazar ratones;

“Que ladre y no maúlle a los ladrones,

“Y ya que trasnochar le gusta tánto

“Vele ojo alerta y muerda sin espanto.

“El Mastín a su turno, que relinche;

“¡Cuidado! no atarace al que lo linche;

“Y si le prenden el arado al pecho,

“Esmérese tirando muy derecho.

“Al Gallo incumbe reemplazar al Gato,

“Disfrutará el ratón de mejor trato;

“Y si el Gallo no maya, es mi deseo

“Que en oliendo ratón de un cacareo.

“En cuanto a ti, Faldero, bien te estimo,

“Pero con tánto beso y tánto mimo.

“Te han vuelto flojo y lindo y casquivano,

“Por lo cual te degrado hasta Marrano.

“Márchate a la pocilga, no más faldas;

“Cubran de ásperas setas tus espaldas;

“Y engorda, para honor del mayordomo,

“Que hará de ti un magnífico solomo.

“Venga a servir el Puerco tu destino,

“Pero primero lávese el cochino,

“Y que aprenda a latir del ex-Faldero,

“Pues eso de gruñir es muy grosero.

Tocante a mí, señores, es muy justo

“Que alguna vez me huelgue y me dé gusto,

“Por lo cual os traspaso y os regalo

“Cuanto me quieran dar de azote y palo.

“La dignidad del cetro no permite

“Que otro me monte y que me albarde y grite.

“Tratarme como a un asno es desacato,

“Y en tal virtud renuncio al asnalato.

“Seguiré rebuznando, es muy posible,

“Mas ¿eso qué tendrá de incompatible?

“¿Acaso no rebuznan en sus leyes

“Presidentes y Cámaras y Reyes?…”

……………………………………….

Iba aquí la oración de la Corona

Cuando entró de improviso la fregona

Y repartiendo escoba por el viento

Disolvió irreverente el Parlamento.



La ovejita de Ada


La oveja es el símbolo de la inocencia por su

blancura y mansedumbre,

y nada le gusta tanto como la

compañía de los que son inocentes como ella.

Ada tiene una preciosa ovejita

que es su compañera de juego y de paseo;

siempre andan juntas, y en oyendo sonar la campanilla de Nevada,

que es el nombre de la ovejita,

ya sabe uno por dónde ir a buscar a la amabilísima niña.

Ningún coche tiene un caballo más voluntario,

dócil y entendido que el cochecito de la muñeca de Ada,

y las manos de esta chica son las más lavadas y limpias del mundo,

porque Nevada se las lame con tanto regocijo como si fuesen de caramelo.

También es cierto que no habrá oveja mejor cuidada, pues Ada la trata como

a hermanita menor, y cuando los vecinos alcanzan

a verlas saliendo juntas a dar su caminata, suelen decir:

“¡Allá va la oveja con su pareja.

-¡Dios las proteja!”



El perro de Enrique


Lindo está Enrique, vestido

Con su traje de escocés,

Pero su perro es un dije

Tan importante como él.

Aprende cuanto le enseñan,

Supo siempre obedecer,

Jamás ha mordido a nadie

Y es aseado y cortés.

Si incurre en faltas, aguanta

El castigo que le den,

Y aun besa humilde la mano

Que corrigiéndolo esté.

Noble y fiel animalito,

Quién no lo habrá de querer;

¡Y cuántos niños conozco

Que los cambiara por él.


Las Flores

Dios para las muchachas

Hizo las flores,

Esos son sus confites

De mil colores;

Y es más brillante

En su pelo una rosa

Que un buen diamante.

Para escoger sus trajes

Las señoritas

Miren cómo se visten

Las florecitas.

Naturaleza

Es la mejor modista

De la belleza.



El asno de Federico


Yo no digo que Federico sea un asno,

sino que el asno de Federico es el único borrico dichoso que conozco;

y la mejor prueba que tengo de que su dueño

no es un borrico, es el exquisito cariño y la grande consideración con que trata a este jumento

desde que era un buche, es decir, un jumento recién nacido;

y tal vez a causa de este buen trato el susodicho pollino

es el menos burro de cuantos he visto en mi vida;

de donde infiero que la única causa de que se hayan vuelto burros es la burrería

de los crueles amos y arrieros que no les hablan sino a palos.

También creo que Federico es valiente,

porque sólo un cobarde puede maltratar a un servidor tan humilde, tan inofensivo y tan bueno.

A veces me figuro que los animales son ángeles disfrazados,

y que el día del juicio hablarán todos ellos

y pagaremos muy caros esos malos tratamientos.



María y Mariano


Se encaramó en la copa de un manzano

Mariano el hermanito de María,

Y ella sentada abajo le decía:

“Dame a probar una manzana, hermano.”

“¡Ni una ni media!” respondió Mariano,

“Porque cuanta yo coja es sólo mía.

“Si no puede subir su señoría,

“Apañe las que caigan por el llano”.

No bien dijo esto el egoísta necio.

Se le rompió de súbito la rama

Y a tierra vino de redondo y recio.

“¡Pobre, mi vida!” la hermanita exclama;

Y en vez de talionar su ruin desprecio,

Lo alzó cargado y lo llevó a su mamá.
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Acerca frederman

Urbanidad Nativa es una iniciativa para explorar la naturaleza y el comportamiento Humano.
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