Historia de las sedes de la Alcaldía y la construcción del C.A.M. (Alcaldía de Cali)



Historia de la construcción del C.A.M. (Alcaldía de Cali)

La Alcaldía de Cali, de una choza pajiza en la plaza, al lujoso palacio con paredes de marmol del Centro Administrativo Municipal



En las lejanas épocas de la Conquista, cuando Sebastian de Belalcazar recorrió el occidente del país y sus adelantados Pedro de Añasco y Juan de Ampudia se internaron en territorio del feroces indios Pijaos y Paeces, donde el primero de ellos encontró la muerte tras ser sadicámente torturado por la implacable cacica "La Gaitana", en castigo por el asesinato de su hijo, el territorio del Valle del Cauca era gobernado desde Jamundí, población de donde salieron las expediciones que fundaron a Cali el 25 de Julio de 1536 y a Popayán, unos pocos meses después. Nuestra ciudad tuvo su asiento primitivo en el precioso Valle del Calima, vivienda de los aguerridos indios gorrones, que la asediaban en forma continua, lo cual obligó a un lugarteniente del adelantado, de nombre Miguel Muñoz, a trasladarla al paradisíaco sitio que hoy ocupa, en la fecha antes citada.

Era costumbre española en las villas fundadas por ellos, elegir dos alcaldes, uno Mayor y otro Menor, con menos ejecutorias y facultades. De ahí que en la actualidad se diga "Alcalde Mayor de Cali" a nuestro burgomaestre y que desde la independencia haya desaparecido el funcionario menos.

El primer Alcalde Mayor que tuvo Cali, designado por Don Miguel Muñoz, fue un hábil y experto capitán y como él nacido en Extremadura, de donde provenían casi todos los españoles que poblaron a Cali en sus primeros años, aunque no faltaron castellanos y navarros. Pedro de Ayala era su nombre y de él advienen todos los miembros de esa caleñisima familia. que pronto elevará a una santa a los altares, ese espejo de humildad que se llamó la Reverenda Madre Gregoria Ayala, perteneciente a la virtuosas comunidad de religiosas Agustinas Misioneras del Convento de la Merced, muerta en olor de santidad en 1964, y cuyo proceso de beatificación, de suyo demorado, se realiza en Roma en estos momentos.

La Casa de la Alcaldía, según historiadores como Cieza de León, en su "Conquista de Perú", estaba siempre situada en la Plaza Mayor, que en Cali se denominó "La Constitución" por muchos años y era una pequeña edificación de un solo piso y techumbre de paja, que estaba localizada donde hoy se admira el edificio de Colseguros, anexa a la gran residencia que años mas tarde construyeron los Alféreces Reales de la ciudad. Posteriores burgomaestres mejoraron el aspecto interior y exterior de la vivienda, ya con teja de barro cocido y trasladaron sus oficinas a varios sitios del vecindario, lo mas cerca posible de sus residencias.

Hacia el siglo XIX, la Alcaldía ocupaba una fuerte y sólida construcción levantada en dos plantas, frente al antiguo colegio de Santa Librada, esto es carrera. 4a. con calle 13. Ali estaban localizadas las importantes dependencias de las Rentas, por lo cual era la única casa situada más abajo de la Plaza Mayor que recibía el beneficio del agua potable traída expresamente desde el rió para la fabricación de los caldos alcohólicos. Mas tarde estuvo allí también, en la parte trasera de la cárcel, que tenía pocos inquilinos y, finalmente durante la guerra del los Mil Días se convirtió en cuartel militar, para alojamiento de las tropas. Esta casa después de sufrir muchas refacciones entre 1930 y 1970, fue sede el afamado Hotel París, y en sus bajos funcionaba el mejor tertuliadero de la ciudad como era el gran "Café La Fama" de don Arcesio Jordán.




El cabildo de 1909, que fue uno de los más progresistas que ha tenido Cali, decidió que la Alcaldía debía volver a la Plaza Principal que ahora se llamaba de Caycedo, y para tal din adquirió una amplia casona, de propiedad del rico hacendado don Enrique Bermidez, construida de adobe, cal y canto, situada en toda la intersección de la carrera 4a., con calle 13 donde hoy se yergue el magnifico, el Palacio Nacional, obra comenzada en 1927 por el Presidente Miguel Abadía Méndez, gran amigo de la ciudad. En los bajos de la casa, dando a la calle 12, existían tres puertas, una para dar acceso al gran patio interior que comunicaba con los amplios corredores internos de la planta alta, y las otras dos para atender al público en el pago de impuestos predial y de tesorerías. El gran patio central estaba ocupado por un teatro al aire libre llamado "Salón Olimpia" que fue el único que tuvo Cali, una vez clausurado el Teatro Borrero (nota del bloggero: también estuvo el teatro Lalinde en la primera década del siglo XX) el primer lugar de espectáculos públicos que existió en la ciudad. En toda la planta alta funcionaban los despachos de la primera autoridad de la ciudad y la Contraloría, mientras en los corredores los días de fiesta y noches se colocaban bancas para que sirvieran de palcos a los cuales se entraban por la única puerta de la carrera 4a. sobre la cual debajo de la bandera había un letrero con el nombre de "palcos" y más arriba otro que rezaba "Salón Olimpia".




Este inmueble, con el constante deambular por todos sus recintos públicos y empleados oficiales, contribuyentes y especialmente espectadores a las funciones que se daban en el patio central, se fue desvencijando muy pronto y en 1925 era casi una ruina, pasando a poder de la Nación para levantar el Palacio que el ingeniero Federico Páez construyó por cuenta del Gobierno Nacional.

En 1917, gracias a un cambalache realizado entre ese incomparable guión civico de Cali, como el fue el "chato" Manuel María Buenaventura, con el Gobernador Vicente García Córdoba, se construyó un airoso edificio, el primero de tres plantas que se había levantado en Cali, hasta entonces revestido de ladrillo a la vista y llamado "Palacio de Justicia", situado en la carrera 4a. con calles 10 y 11, exactamente donde hoy existe el Banco de los Trabajadores, (Nota del blogger: Es la zona en donde hoy se encuentra los diversos casino, una cuadra antes de llegar a la plaza de caycedo) paso a poder del Municipio, que instaló en él todas sus ya crecidas dependencias. Fue el primer local digno de albergar en él a nuestra autoridad y al Concejo que tuvo Cali en el pasado, pero pocos años después la Alcaldía y otras oficinas anexas fueron trasladadas al edificio de ladrillo, construido por el ingeniero Victor Borrero, en la calle 7a, con carrera quinta, frente al Teatro Municipal, mientras la Personería permanecía con la Tesorería en el edificio de la carrera 4a. Finalmente de decidió volver a juntar todas las dependencias municipales, que habian aumentado ostensiblemente, dado el progreso de la ciudad, y la Alcaldía tuvo que buscar refugio, "alquilado", por primera vez. 



Efectivamente todas las oficinas administrativas de Cali fueron a dar a un edificio propiedad del señor Victor Moncaleano, estrecho y totalmente inadecuado para su objetivo. En el sótano tenia su bar, bailadero y restaurante don Elías Nader, y en la planta que daba con puertas sobre la carrera 4a. y calle 14, funcionaba la Tesorería Municipal, donde reinó por muchos años don Mario Fajardo, excelente funcionario caleño y luego moernizó con gran sentido práctico el doctor Julio Hernando Rancines, quien fue el único capaz de desembarcar a don Mario de su pequeño fortín de actividades contables y rentísticas. En la segunda planta estaba la Alcaldía, para cuyo adecuado funcionamiento hubo que tumbar no pocas paredes de los grandes cuchos que los "arquitectos" Mosner & Lohr, autores del esperpento, habían colocado por todas partes. En el tercer piso despacharon por muchos dos grandes personeros el doctor Alfonso Barberena, a quien se debe la reconquista de gran parte de los ejidos de Cali y el doctor Humberto Jordán Mazuera, quien prosiguió su labor. El último piso era del dominio del Contralor, Reinaldo Carvajal Bejarano, quien renegaba en voz alta cuando el único ascensor se dañaba y él tenia que subir los 58 gradas que separaban su despacho de la calle. El Concejo funcionaba en la Gobernación, en el recinto de la Asamblea.

El crecimiento de la ciudad hacia cada vez más urgente la construcción de un Centro Administrativo Municipal, para albergar en su conjunto no solo a la Alcaldía y sus múltiples tentáculos, sino las Empresas Municipales con su miles de corbatudos, asi como presentar decentemente el Concejo Municipal. Y aquí fue Troya.. Dos años duraron nuestros dinámicos ediles en decidir si era mejor construir el C.A.M. hacia el sur, ya que la ciudad se expandía hacia allá, o ubicarlo en los grandes lotes del Instituto de Artes y Oficios, destruyendo la gran obra de don Tulio Ramirez y del negro Antonio José Camacho. Que por aquí... que por acá.. debatían los miembros del Concejo, hasta que hombres de la dinámica de Jorge Quesada, Hernando Valencia G., Luis Angel Tofiño, Joaquín Borrero Sinisterra e Ignacio Guerrero tomaron la decisión final de erigir el gran Centro Administrativo de Cali en el lote llamado "La María", en donde con planos de arquitectos bogotanos se levantaron, gracias a una estampilla especial, las grandes moles de la Alcaldía, las Empresas Municipales, la Tesorería y el Concejo las cuales en socio de árboles y fuentes embellecen el Paseo Bolivar con su arquitectura funcional, siendo el conglomerado de edificios más hermoso de la ciudad, Así nació el C.A.M.



Transcripción de texto tomado del periódico Despertar Vallecaucano # 82 de marzo de 1986.


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