El cine y los teatros del Cali Viejo

El cine y los teatros del Cali Viejo
Autor: Redacción
Tomado de: Despertar Vallecaucano. N° 125 Diciembre de 1994
(Transcripción)

(Primera Parte)

En el articulo anterior nos referimos a algunas diversiones en el Cali de antaño. Como complemento queremos ahora hablar del cine y de los teatros del Cali Viejo.

Con  motivo de la llegada de  la luz eléctrica a Cali en 1910, se exhibió en el teatro Borrero la primera película muda, que  se titulaba Victoria o muerte, lo cual colmada las expectativas de los habitantes de esta villa de don Sebastián Moyano.

Según nos refiere el cronista Alirio Piedrahita Camacho en la revista Cali Viejo, del segundo semestre de 1972, a medida que las gentes de Cali se fueron entusiasmando con el cine, surgieron otros lugares donde se proyectaban películas, como el Variedades en el caserón colonial de la familia Borrero en la Carrera Sexta con Calle Diez, exclusivo para sus vecinos, amigos y allegados.

El Nuevo Circo funcionó en la Carrera Tercera con Calles Catorce y Quince; en él también se organizaban corridas de toros (y de vacas). Dicho circo-teatro era de propiedad de un señor Ramón Silva, que era alto, flaco, negro y feo, natural de la República de El Salvador, quien perdió su inversión a causa de que el público enfurecido destruyó el establecimiento por la mala calidad de las cintas que exhibía, o películas llamadas latas. En la plazuela de Santa Rosa, por el costado de la Carrera Diez, funcionó otro teatro o salón de cine, cuyo propietario parece era don Vicente Juan Di Doménico, de nacionalidad italiana.

En el Barrio Granada, sobre la Avenida Cuarta existió la Plaza de Toros, donde también se proyectaba películas.

Estos teatro o salones de cine funcionaban al aire libre, y algunos en patios acondicionados para tal efecto, para lo cual se adaptaba el lugar limpiándolo de basuras y malezas y se construían bancas rústicas elaboradas de madera y a veces en esterillas de guadua. generalmente los usuarios llevaban los asientos de sus casas. Al fondo del predio se templaba el telón o pantalla entre cuatro tarugos de guadua.

Anexo a la entrada del <<teatro>> se situaba el palco, en un nivel más alto y la sala de máquinas, todo esto (cuando no llovía) a la luz de la luna y las estrellas.

La primera película exhibida en Cali


Los hermanos Vicente Juan y Donato Di Doménico, de nacionalidad italiana, presentaron en el teatro Borrero la primera película de largo metraje en Cali, con gran éxito de taquilla, lo que obligó a los empresarios a proseguir en el negocio, tal como lo relata el propio Donato di Doménico: <<Llegué a Cali el 14 de julio de 1910. En Cartago me embarqué en el vapor <<Cabal>>, de la cual era capitán Alfonso Manrique. Como el río Cauca estaba muy seco, sólo pudimos llegar hasta Vijes. De allí me vine a lomo de caballo hasta Cali, mi compañía presentaba la película Victoria o muerte, que por cierto me pareció muy simbólica. El éxito tanto de taquilla como artístico me obligó a continuar la brega>>. Y agrega don Donato <<En Cali me case con María Velasco Garcés, quien aún sigue a mi lado. En Cali construí en compañía de don Ezequiel Hoyos el Teatro Colombia. La inauguración ocurrió el primero de diciembre de 1927, con la película Los últimos días de Pompeya. Recuerdo que esa noche se agotaron las localidades y se recaudó en taquilla la suma de $1.245.50, un dineral en esa época>>. El ingeniero Alfonso Garrido T. construyó el Teatro Colombia. En cuanto al comportamiento del público, agrega el viejo empresario <<El público caleño era bastante exigente, a veces molestaba  mucho con las películas y otras con los músicos. Recuerdo el caso del músico Umaña a quien el público le acomodo el siguiente sonsonete "Umaña toca con maña que se te daña". Para terminar don Donato nos refiere: <<En cuanto a los besos que se daban los intérpretes, el público no les daba mayor importancia; a pesar de lo prolongados que se presentaran. Cuando sucedian escenas de boxeo o trompadas, como en la película Maciste,  los golpes se veían muy lentos, es decir en cámara lenta, lo cual los espectadores interpretaban como un acto de pereza del operador, quien tenía a su cargo darle vueltas a la manivela del proyector>>.


El repertorio de películas de los di Doménico constaba de las siguientes cintas de largo metraje: Victoria o muerte, con la cual se inauguró la era del cine mudo en Cali; Maciste en los infiernos, Veinte años después, Bajo los puentes de París, El médico de las locas, El pillete de París, (cómica), Los tres mosqueteros, ¿Quo vadis?, La marca del Zorro, Vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.


El cronista evoca viejas cintas y antiguos intérpretes.



Con  profunda nostalgia de cineasta de vieja data, recuerdo la forma como nos referíamos a los personajes de las películas de <<trompadas>>: Al galán de la historia lo llamábamos <<El tipo>> y a la heroína <<La muchacha>>; a los malos de la historia: <<Los bandidos>>. Las series constaban de varios rollos  (de 6 a 40) que se presentaban con un intervalo de una semana.


Durante  los intermedios destinos al cambio del rollo y a dejar descansar el proyector, se vendía en el teatro galletas de vainilla, dulces, gaseosas (de bolita), chocolates y cigarrillos (entonces se podía fumar libremente).

Las funciones se anunciaban y amenizaban a base de música soplada o de viento; rasgada o de cuerda, molida o de grafonola y enrollada o de pianola. Los músicos e instrumentos se ubicaban a un lado del palco, o en el mismo patio o platea.

La publicidad o propaganda se hacía repartiendo previamente los programas, impresos a varios colores, en los cuales se incluía una descripción del argumento de la película, sus actores y a la hora de empezar el espectáculo, incluyendo el valor de las boletas. El músico de la banda que tocaba la tambora, era el encargado de dar los <<repiques>> frente a la puerta de entrada del teatro con el fin de invitar al público. La mayoría de los espectadores preferia llevar sus asientos para mayor comodidad.

Los artistas  favoritos del público eran: Tim Mackoy, Willian Desmond, Períco Metralla, Francois Ford, Tom Mix, Jhony Lonel Barrymore, Joe Bonomo, Ramón Novarro, el doctor Bufman, Buck Jones, A. Perris y otros que se nos escapan. Entre las intérpretes femeninas estaban Alicia Park, Gina Gray, Ruth Nolan, Gloria Jasson, Jhor Bonomo, y otras célebres <<compañeras de aventura en el valor y el suspenso>>. No podemos olvidar actores del reino animal, como el caballo Rex, el perro Rin Tin Tin y un gato cuyo  nombre no recordamos.

Había una serie de actores  cómicos como Charles Chaplin, Harold Lloyd y el negrito Farina, que nos hicieron reír con sus actuaciones humorísticas.

Recordamos las películas que mayor acogida tuvieron en el público cineasta del Cali de entonces: Yudes el explorador, La moneda rota, El ocaso  de las águilas, La marea roja, El hombre de la capa negra, La ratera relámpago, El capitan Kid, Los misterios del barrio chino, El jinete misterioso, Maciste en los infiernos, Los rastros del tigre,  Las bestias del paraíso, La garra de hierro, El buque fantasma, El  disco de fuego, estás en el género de aventuras, emoción y suspenso.


Películas místicas: La vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, Santa Teresita, ¿Quo Vadis? y otras.

De arte y sentimientos: Las dos niñas de París (serie), y El Judio errante.  Entre las películas prohibidas para menores de 21 años: Sodoma y Gomorra, a la cual nos referiremos más adelante.

Empresas productoras  de películas

En el año de 1926, se fundó en Cali la <<Columbia Film Company>> para la filmación de películas de largo metraje, los estudios estaban ubicados  en la Calle Once con Carrera Doce esquina, en una antigua casona del barrio Santa Rosa. La primera película que filmó la <<Columbia Film Company>> fue la titulada  "Tuya es la culpa" con (no se entiende) nacional, interpretada por Arturo Acevedo en el papel de primer galán, y de primera dama la alemana (no se entiende)  Walden. La película resulto un rotundo fracaso que produjo la quiebra de la compañía.

Hubo una empresa  impulsada por un sacerdote franciscano que tenia como camarógrafo al español don Máximo Calvo, que filmó La María de Jorge Isaac.

Entre esas primeras películas producidas en Colombia, están Vida y muerte del general Uribe Uribe, filmada en Bogotá por la sociedad di Doménico en 1914; Tierra Caucana, filmada en Cali, basada en un poema de Ricardo Nieto; La María, producida por el español Alfredo del Diestro en 1923; Aura o las violetas, basada en  la novela del escritor colombiano José María Vargas Vila (la única causa que lo hizo volver a su patria, a cobrar los derechos de autor); Bajo el cielo antioqueño, filmada en Medellín en 1924, con actuación  del industrial antioqueño Gonzalo Mejía; Nido de cóndores, de Alfonso Mejía Robledo, se filmó en 1925; Alma campesina, rodada en 1924, cuyo director fue un señor de apellido Phillips; La tragedia del silencio, filmada en 1924, en la cual figuró como actor principal el astro nacional de la época, Arturo Acevedo; Como los muertos, filmada en 1925, basada en la novela del escritor colombiano Enrique Alvarez Henao; Amor, deber y crimen, y otra titulada Crimen, dirigidas por Santiago Velásquez, rodadas en Manizalez.

El Salón Moderno, primer teatro cubierto.

El primer teatro con techo fue el Salón Moderno; era una construcción rústica de guadua y madera, levantado por don Manuel Pinedo, edificado en la Calle Doce con Carrera Tercera, donde funciona actualmente el Teatro Isaacs.

El Salón Moderno, construido con desbordante  entusiasmo y con nutrida concurrencia, en la segunda década del siglo XX, es de grata recordación para lo caleños de antaño. Tuvo un trágico final, al incendiarse su sala de maquinas cuando se proyectaba una película de un estreno durante los fastuosos carnavales de 1923.

El Teatro Jorge Isaacs

Construido en el lote que ocupara el Salón Moderno, fue edificado por iniciativa del señor Hermann Bohmer bajo la dirección de los ingenieros italianos Gaetano Lignarolo y Guido Micucci. La obra de yeseria estuvo a cargo del inmigrante italiano Mauricio Ramelli. Su  diseño y antesonados evocan las mas pura tradición neoclásica de la época.

fue inaugurado el 26 de diciembre de 1931. Las más cotizadas compañías del teatro, ballet, ópera y zarzuela pasaron por su escenario. Su acustica fue celebrada por famosos artistas como el baritono italiano Eugenio Pasha quien vino a Cali  con  la compañía de ópera Braccale.

Varias compañías famosas pasaron por su escenario, como las españolas de Tórtola Valencia, María  Grever y Marina Ughetti. También se proyectaban películas.

Después de 30 años de esplendor, llegaron los tiempos difíciles. Sus propietarios, ante los elevados costos de mantenimiento que no alcanzaban a sufragar los gastos con el precio de las entradas, decidieron venderlo a una empresa cinematográfica, lo que lo condujo a un verdadero estado de abandono y miseria. 

En 1984, ante el clamor de los caleños de antigua raigambre,  fue declarado Monumento Nacional y en 1986 fue adquirido por la Administración Municipal. 

La Corporación para la Cultura, entidad creada por la Alcaldía de Cali, inició la remodelación en julio de 1989, con base en el proyecto arquitectónico presentado por la firma Lago & Sáenz, con lo cual se reforzaron sus cimientos y se reconstruyeron las cubiertas dejando a la vista la estructura en hierro del techo principal, la cual fue importada de Italia y aún permanece intacta. Se instalaron nuevas redes hidráulicas  sanitarias y eléctricas y se realizaron trabajos de restauración y de yesería, vitrales, pisos y motivos ornamentales. Esencialmente se adecuaron 2.000 M2 de áreas nuevas con sus respectivos estructuras y cerramientos para oficinas, talleres, camerinos, depósitos, foso orquestal y sala de ensayos.

Para darle al teatro funcionalidad como sala de espectáculos múltiples de dotó al escenario de modernos equipos de iluminación, parrilla, concha acústica y foso orquestal.

El Salón Olimpia 

 En la casa municipal o alcaldía que existió en Cali a comienzos de este siglo en la esquina de la Carrera Cuarta con Calle Doce, donde esta hoy el  Palacio Nacional, en el abierto patio interior de la casa, funciono el segundo teatro que tuvo Cali llamado <<Salón Olimpia>>.

En dicho escenario, construido en guadua y láminas de zinc, al terminar la representación de la ópera Aída, el empresario italiano Adolfo Braccale exclamó: <<¡Qué lástima que un pueblo como éste, con semejante sentido musical  como el que tiene, no  haya  podido ver y oír, debido a las pésimas condiciones del escenario, la representación completa de la mejor  y más  popular  de las  producciones  del inmortal Verdi!>>

Don Manuel María Buenaventura (el muy querido <<chato>>) le respondió: <<Ya se llegará ese día; Dios quiera que cuando esto suceda, le toque a usted con su compañía hacer el estreno>>. Estas premonitorias palabras fueron el génesis del Teatro Municipal, del cual hablaremos en la segunda parte de este artículo.

El Teatro Borrero

Fue la primera sala para representaciones que se construyó en la ciudad. Era un pequeño coliseo al aire libre con capacidad para unos trescientos espectadores, localizado en la Carrera Cuarta entre Calles Novena y Décima, donde posteriormente funcionaron las oficinas de la Empresas Municipales. Fue edificado por don Claudio Borrero, quien era socio de don Dimas Echeverri, presentaba veladas, comedías, dramas y era lugar de reuniones para fines cívicos. El día que había función sacaban una bandera a la calle, pero con tan mala suerte que por lo general llovía.


Tomada de caliwood.com.co



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