A pesar de las recomendaciones sobre el cuidado del medio
ambiente y prevenciones de los incendios provocados por colillas de cigarrillo
y fogatas que no se apagan, los
problemas ambientales siguen generando daños irreparables para la tierra donde
vivimos, donde comemos y llevamos gran parte de nuestra vida buscando un
sentido.
El domingo 23 de junio subí a chorro de plata
a contemplar el sereno paisaje y el esplendor natural del entorno, y ya que estamos
en la etapa que marca el verano, había mucha
gente por el sector, más que todo en el tradicional río Pance, su comercio esta
basado en la energía que trae consigo el río, la urbanización cada vez se hace más notable y sus múltiples balnearios contaminan el
lugar, empezando por los niveles de ruido que manejan, entre otros. Al subir por
la vía al chorro, por la curva de la
finca el Jordán me tope con múltiples
carros estacionados, pero aclaro que no pertenecían a la fincas aledañas , y
vaya sorpresa que me tope adelante, gran número de personas estaban abajo en la
caída de la cascada, por su mayoría jóvenes,
que entre otras cosas solo tenían alimentos en empaques plásticos o bebidas enlatadas,
que una u otra va parar al río, o a la tierra del lado, y esto no ayuda en nada en el ciclo de recuperación de la tierra,
ya que no son materiales biodegradables.
Pero lo anterior no es lo más trágico, puesto que decidimos subir a la punta de la
cascada con un grupo de amigos, a ver como estaba el ambiente, recorrimos la
parte izquierda, por los terrenos de la parcelación chorro de plata, buscando
el atajo para llegar arriba, cuando nos topamos con la punta, allí la más fatal noticia, la parte superior estaba
incinerada, la vegetación que es característica del lugar no estaba, solo la
tierra negra y cenizas de aquel bello follaje que adornaban el lugar, y le
daban su frescura incomparable. El sector es muy conocido por ser una zona de
campamento, para universitarios y jóvenes alternativos entre otros, pero aún no
asimilan que el daño al medio ambiente es real; decidí subir un poco y entre
las cenizas encontré varias latas de cerveza, algo que lamente mucho, por que
en mi inocencia supuse que el sol como hecho natural había quemado el follaje.
Un mes atrás del presente hecho, me tope con
un grupo de jóvenes que bajaban de la cascada y en el camino iban a quemar un cartón,
allí fue donde intervine, les menciones ¿por que hacían eso? Me contestaron que
por quemar la basura, y les dije que eso no es lo adecuado, ya que la zona presenta
facilidad para incendios forestales, lo
mejor era botar los desperdicios en la
parte de de abajo de la parcelación, donde hay un cuarto para las basuras.
Observando y viviendo lo que paso el fin de
semana toca exponer este caso y formar conciencia dentro el gran número de
personas que visitan el lugar, que si van admirar o bañar no a dañar, sean consientes
de los daños que pueden ocasionar.
A continuación muestro imágenes del suceso ocurrido
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